Pocas veces nos acordamos de los cubrecolchones. Siempre cuando ya es demasiado tarde y se nos ha manchado irremediablemente el colchón. El cubrecolchón es el accesorio fundamental cuando estrenamos colchón y queremos mantenerlo nuevo por más tiempo.
También nos puede pasar que, con el paso del tiempo, nuestro colchón haya perdido firmeza y confort. Y si todavía no queremos cambiarlo, lo mejor es utilizar un cubrecolchón que solucionará dos problemas a la vez. Además de protegerlo de la suciedad, nos proporcionará un excelente nivel de comodidad. Con un cubrecolchón nuevo, sentiremos que estrenamos cama y tendremos un descanso más reparador.
Los cubrecolchones que protegen nuestro colchón pueden ser acolchados y no acolchados. Y dentro de cada categoría, podemos encontrar modelos impermeables, reversibles, antiácaros…
Los cubrecolchones acolchados impermeables son ideales en las casas donde hay niños más pequeños. Tanto para las camas infantiles, como para las camas de los papás. Colocados en nuestro colchón, son una barrera para los líquidos no deseados. Y bien sabemos que es muy habitual jugar en la cama con los niños o que duerman en la cama de los mayores.
También existen cubrecolchones reversibles. Pueden usarse indistintamente por los dos lados. Disponibles en nuestra gama de acolchados con rellenos de fibra de diferentes propiedades que proporcionan una frescura extra.
Los cubrecolchones antiácaros, antibacterias y antihongos son la gran solución para mantener un colchón más sano. Nuestro cubrecolchón Dolpy está relleno de fibra virgen antiácaros que reduce el grado de humedad y genera un ambiente hostil para los ácaros. Estas características son la garantía de un descanso libre de bacterias para las personas alérgicas al polvo.